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Tuve que meterlo directamente en la bañera y lavarlo con lejía!
Para hacerlo mas atractivo y exótico, le corté las esquinas superiores con una caladora para redondearlas, y le añadí un trozo de madera del mismo grosor (que tenía de sobra de un experimento fallido) en forma de arco con punta, tipo arco Árabe.
Lo uní con unas espigas de madera y lo encolé.
Una vez seco, lo pinté de dos colores, primero un azul claro, luego encima un azul mas oscuro.
Luego, pegué unas conchas y caracolas de mar pintadas con los mismos colores del marco a la unión de las maderas y en una esquina del marco (no en todo, pues no quería que se recargara demasiado)
Y este fue el resultado...
Un encantador espejo bohemio con aires arábicos.
Si te ha gustado, o quieres preguntarme alguna cosa, no dudes en dejarme un comentario al pie de pagina.
Saludos!!