25 febrero, 2023

Antigua Cómoda Canaria

Restauración de una Antigua Cómoda Canaria


Buenas a tod@s y bienvenid@s una vez más a Trastos con Arte.
Hoy les traigo una super restauración, que me llena de orgullo y satisfacción. 



Se trata de una cómoda típica canaria, de finales del siglo XIX. en madera de pino, con cuatro cajones de diferentes tamaños, el primero es un poco más estrecho que los demás.

Una cómoda con dimensiones bastante considerables. Sus medidas son 122x136x56 cm.

Un mueble de líneas sencillas y rectas, con dos elementos que rompen su sobriedad, dos balaustres integrados en los laterales, que comienzan desde el segundo cajón al cuarto cajón.
Sus patas frontales son torneadas. 

Conserva todos los herrajes, aunque los tiradores no son los originales.
Pude observar por las marcas en la madera, que el mueble originalmente tenía manijas de dos tornillos para abrir las gavetas, sin embargo, ahora tenia dos tiradores de madera torneada por cada gaveta. 

Bueno, comencemos con paciencia...

Por algún lado hay que empezar. Así que de primeras contraté a una empresa para que atacara a los xilófagos.
Normalmente yo misma realizo el tratamiento, pero en este caso se necesitaba de ayuda externa.
Se le realizó un tratamiento anti-xilófagos colocando un aparato que produce microondas y acaba con cualquier bicho que esté en el interior.
Aparte de eso se inyecta el anti-carcoma y se aplica para prevenir futuros ataques.




Como ves la cómoda presentaba múltiples daños y las gavetas estaban totalmente desechas, los railes totalmente mellados, la estructura estaba inestable, había golpes, y faltaban algunas partes de las molduras.
Comencé primero separando las gavetas de la estructura del mueble. Con mucho cuidado para no partirlas retiré las molduras (anotando por detrás el lado para volver a colocarlas de la misma manera)


Por ese momento me iba a concentrar en la estructura y le di la vuelta. 
Y que me encuentro?? Pues una base deshecha y unas patas parcialmente roídas por la carcoma. 


Así que procedí a remover las patas y a raspar con un cepillo de hierro todas las astillas sueltas de la madera de la base.


Con un cepillo remuevo lascas de madera para dejarlo lo más plano posible, con la intención de rellenar con una mezcla de serrín-cola los huecos. Y sobre eso, encolé unos listones de madera nueva con ayuda de unos sargentos en toda la base.

Las patas delanteras estaban medias destruidas, corté la parte podrida, encolé madera nueva y con el ayuda del torno le di la forma que tenían originalmente.
Y volvía a instalarlas a su estructura.

Con las patas de atrás realicé unos cortes y añadí madera.

También encolé unos tacos en la parte interior trasera de madera de sapeli para reforzar la base quedando así el mueble más estable.


Tuve que reemplazar el tercer y cuarto listón de la estructura del mueble, así como añadirle unos nuevos rieles para colocar los cajones.
Tomé una decisión que quizás puede ser la más controvertida... Decidí colocar raíles metálicos para el deslizamiento de los cajones.


Con la dimensiones que tienen las gavetas, es muy probable que vuelvan a dañarse y a mellar. Yo opté por ser practica, modificando así el interior. Le instalé unos raíles metálicos que quedan en su interior.


Así quedó la parte trasera del mueble donde rellené los huecos corroídos, también se puede apreciar los reemplazos que hubieron con la madera nueva.


Para integrar la madera nueva, apliqué dicromato potásico para oxidar el tono nuevo de la madera, quedando un aspecto más envejecido. (Se ve amarillo, pero va cambiando según va secando, quedando un tono más crudo y verdoso)


Desmonté todos los cajones, separando la madera recuperable. Removí todos los herrajes, tiradores y molduras con mucho cuidado de los cajones.

Recompuse los cajones con la nueva medida contando con los nuevos rieles metálicos, utilizando la madera que estaba aun sana, he incorporando nuevas maderas donde era necesario. (Se puede apreciar las maderas nuevas y viejas en el cambio de tono)


Comencé a decapar y a limpiar todo el antiguo barniz, tinte, betún etc...


Tomé las bocallaves y con lana de acero las limpie, les maté el brillo y le di un barniz transparente para metales.


Estos son los tiradores que se encontraban en el mueble, como ya comenté no eran los originales pero decidí conservarlos para instalarlos.


Limpié todas las molduras (etiquetadas y numeradas para volver a colocarlas en el lugar original) y les añadí un tinte a las que repliqué, ya que no todas las molduras pude recuperar.
Una vez el mueble estaba totalmente decapado y limpio, instalé las molduras, las pegué con cola y pequeños clavos sin cabeza.


Bueno bueno bueno!! el mueble ya estaba casi preparado, solo le faltaba decapar y limpiar la estructura para dar el acabado final.


Elegí un barniz al agua, incoloro mate, muy resistente, de la marca Bondex ya que está preparado para barnizar parquet.


Después de tres manos de barniz dándole una pulida entre mano y mano. Colocando los herrajes y tiradores, así se nos queda este precioso mueble. 



Aquí se encuentra nuestra cómoda canaria, con sus heridas del pasado, elegante, con una sencillez que enamora. 


Agradezco que hayas llegado hasta aquí espero que hayas disfrutado tanto como yo el proceso de esta restauración.
Si quieres ver cómo se restauró el reloj de mesa que aparece en la siguiente foto pincha aquí.



Muchas gracias por tu visita y hasta el próximo Trasto con Arte.